La historia del Museo Nacional de Medicina, fundado el 19 de febrero de 1955, se encuentra dividida en dos grandes períodos en concordancia a su emplazamiento y administración. En una fase primaria se ubicó en las dependencias del Servicio Nacional de Salud, periodo en el que se produce el mayor acopio de colecciones producto de las ininterrumpidas labores investigativas y afanes coleccionistas de los médicos Enrique Laval y Claudio Costa entre otros.
En la segunda, un 7 de julio de 1988, el Museo adquiere su actual nombre en memoria de uno de los grandes investigadores de la historia de la medicina: Museo Nacional de Medicina Dr. Enrique Laval, cuando pasa a depender de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
El 19 de febrero de 1955, don Guillermo Valenzuela Lavín, entonces Director general del Servicio Nacional de Salud, acordó entregar la casa quinta, ubicada en Av. José Pedro Alessandri (Macul) Nº 1185, donada por la familia Montebruno a la Junta de Beneficencia de Santiago, al Sub- departamento de Asistencia Social Privada de la Dirección General del Servicio Nacional de Salud.
El funcionamiento de dicha casa alcanzaría un doble propósito, por un lado satisfacer el funcionamiento de sus oficinas y por otro servir a la instalación de un museo, cuyo primer director fue el ya mencionado Dr. Enrique Laval M., quien dirigió la institución hasta su muerte, en 1970 siendo sucedido por el profesor Ignacio González Ginouves.
En su diseño original, el museo disponía de diversas secciones estrechamente ligadas a las áreas y materias de investigación, ramificándolo en varios pequeños núcleos: Museo de Historia del Servicio, Museo de Medicina, Museo de Farmacia, Jardín de Plantas Medicinales y un centro de investigaciones. Con miras a alcanzar un buen funcionamiento y desarrollo del establecimiento, se decidió sumar a la dirección del Museo una comisión de asesores que contaría con la presencia de los señores: Juan Ibáñez, Víctor Grossi, Alfonso Asenjo, Esteban Kemeny, Hugo Gunckel, Octavio Müller (más conocido como Oreste Plath) y Claudio Costa.
En esta fase inicial, el museo se abocó a ordenar y aumentar su patrimonio exhibiendo en forma no siempre continua el patrimonio que custodiaba por las siempre escasas fuentes de financiamiento. A pesar de ello el Museo pudo, en colaboración con la Sociedad Chilena de Historia de Medicina y del Centro de Investigaciones de la Universidad de Chile, originar diversas publicaciones que reflejan hasta el día de hoy, el ánimo investigador siempre latente de su personal.
El activo y hasta entonces impredecible devenir del Museo estaría marcado por un suceso que amenazaría la continuidad de esta iniciativa, cuando en 1987 el Ministerio de Salud decide vender la casa de Macul que por 32 largos años amparó las labores de este servicio. Esta decisión puso en jaque la continuidad del Museo, temiéndose una eventual desintegración de sus colecciones.
La situación se resolvió cuando el entonces Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dr. Alejandro Goic, con el apoyo de los académicos Dr. Armando Roa, Presidente de la Comisión de Ética y el Director Académico, Dr. Ricardo Cruz-Coke, solicitan al Ministro de Salud, Dr. Juan Giaconi, considerar el traspaso del Museo a la Facultad, decisión que contó con la comprensión tanto del Sr. Ministro como del Director del Servicio Metropolitano Oriente, Dr. Guy de Barroilhet.
Este traspaso, que marca una segunda fase de desarrollo de la institución, se encontrará determinado no tan solo por un nuevo emplazamiento físico, una organización y un reglamento distintos, sino que implicará el origen de una nueva forma de “hacer Museo” con la fusión de 3 grandes colecciones: la del Museo Nacional de Medicina, los patrimonios históricos de la antigua Escuela de Medicina de la Universidad de Chile salvados del incendio de 1948 y los instrumentos y equipos pertenecientes al Hospital Clínico de San Vicente de Paul que pasaría a llamarse Hospital Clínico José Joaquín Aguirre. La suma de un no despreciable volumen de objetos, que hasta entonces permanecían en bodegas de la Facultad, sería sin duda un factor clave en el incremento de sus colecciones.
El primer Director de esta nueva administración fue el Dr. Jaime Pérez Olea, principal responsable de la creación y organización de este nuevo Museo. En este periodo fue organizado el “Catálogo de manuscritos siglo XVI-XIX”, labor realizada por la investigadora española Pilar Gardeta. El catálogo creado tuvo por finalidad ordenar y clasificar el material de archivo existente formado por documentos que van desde el siglo XVI hasta el XIX. Además se crea la primera exposición permanente: “La Medicina Colonial en Chile Siglos XVI- XVII y XVIII”, exhibición que con algunas modificaciones se extiende ininterrumpidamente durante 15 años.
En marzo de 1997, asume como Director el Profesor Dr. Ricardo Cruz- Coke, quien permanece en el cargo hasta 2006.
Durante su periodo se implementa un trabajo conjunto entre el Museo y la Facultad, con el fin de apoyar y desarrollar el curso de Historia de la Medicina dirigido a alumnos de medicina, a través de su Biblioteca patrimonial y la sala de exhibiciones, cuya muestra se adaptó a los requerimientos del curso. Adicionalmente se implementó un proyecto de mejora de los estándares de conservación y almacenamiento del Archivo Fotográfico, cuya labor se ve apoyada con recursos de la Fundación Andes, quienes financian parte del equipamiento e infraestructura.
A partir del 2006 asumen como responsable del Museo, la Sra. Carmen Loewenstein Vega, quien en su cargo de Directora de la Biblioteca Central, conduce ambas unidades. Este cambio significó un traslado de todas las instalaciones, reunificando áreas de trabajo, sala de exhibiciones, biblioteca patrimonial y depósitos en el 4º y 5º piso del edificio de la Biblioteca Central de la Facultad, creándose un sólo espacio para el Museo y sus colecciones.
Junto con este traslado, se realiza el montaje de una nueva exposición, la cual lleva por nombre “Historia, medicina y tecnología siglos XVII al XX”, la cual recibe visitas nacionales y extranjeras.
Así mismo se da inicio a un proyecto mayor de digitalización con la implementación del proyecto “Hacia un Museo Digital” impulsado con el fin de dar acceso digital a aquellas colecciones que por su data o deteriorado estado de conservación, no es posible manipular de forma frecuente. Como resultado, será posible consultar por medio de un repositorio basado en DSpace colecciones fotográficas, objetuales, monográficas y documentales.
Por otra parte, se decide intervenir el total del Archivo Documental. Esto implica aumentar el catálogo con documentación del siglo XX, almacenarlo, conservarlo, digitalizarlo y describirlo en un sistema automatizado para dar acceso universal de este importante material. Dentro de este marco, se recibe el apoyo del Programa ADAI (Apoyo al Desarrollo de Archivos Iberoamericanos) como parte del financiamiento necesario para llevar a cabo esta iniciativa.